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«Érase una vez una semilla. Todo era silencio en su interior. Permaneció dormida un largo tiempo, pero un día sintió la necesidad de crecer. Entonces rompió la cáscara que la envolvía y de su interior surgió una niña».

Así comienza Historia de una semilla, con la intención de hacer ver a sus pequeños espectadores que humanos y naturaleza tenemos un mismo origen: una semillita. La obra de La Maquiné utiliza la sensibilidad de sus títeres y la veracidad de una de sus actrices para narrar un cuento a los niños que habla sobre el respeto al medio ambiente, y sobre cómo una niña que nace de entre las raíces de una encina puede ver las amenazas que los seres con unas características similares a ella no ven. Todo, desde la deforestación a los incendios, pasando por la sequía o el vertido de residuos. La protagonista de Historia de una semilla lo ve todo, y hace lo posible para que su amigo el álamo, instalado en plena naturaleza, no sea víctima de los peligros provocados por el ser humano en el medio ambiente; pero es difícil escapar de eso. Por eso hay quien le ayuda en su misión, como Kío, una guardabosques que viaja en avioneta junto a su perro Bruto, y cuida de ella.

A través de la música, los títeres y las proyecciones, La Maquiné atrapará a los más pequeños en una fábula poética, propia del estilo de la compañía y a la que no le falta el sentido del humor, que se ha marcado como objetivo transmitir valores como la solidaridad, la ternura y el respeto al entorno, de una forma mucho más efectiva que cualquier campaña ecológica.