Infantil
MIÑÓN EL RATÓN

       

¡Por fin parece que existo para alguien! ¿Salgo guapo? ¡Qué ilusión presentarme en público! O espera. Creo que sólo tú me ves. Sí, sí, tú. Tú que estás leyendo esto. Creo que sólo tú me ves ¿Ves mi pelo ‘colorao'? Un día, cuando llegué a España, me contaron que sólo los niños me verían y que no parecía ser muy listo, siendo un ratón colorao... ¡Yo qué sé! Había quien decía también que tenía algo de mágico , que no era un simple ratón, pero ¿quilosá? En fin… ¡Tampoco entendía muy bien!… Habláis muy rápido en España… Bueno, majo… Eso lo aprendí en Segovia cuando…

¡Uy! Perdón, no me presenté. Soy Jean Paul Pierre du Flamcourt, pero puedes llamarme Miñón. Es como todo el mundo me llamaba hace ya… un, dos, tres… güit, nef… más de cien años… ¡Oh la la! 

Yo llegué de Francia.   Estaba harto de ser parte del reparto de ‘Los Miserables' de Víctor Hugo, siempre actuando en la escena de las alcantarillas. ¡Qué manía! ¡Soy un ratón , no una rata! Así que me escapé, no sé muy bien cómo ni con quién, pero llegué aquí, a Segovia en… milnefsan… en 1907. Sí, así fue; en 1907.

Por aquel entonces había en Segovia un teatro que se llamaba Miñón; ahí, un poco más abajo, en el Convento de Mínimos creo que lo llaman ahora. Pero yo no lo sabía. Así que sólo escuchaba Miñón por aquí, miñón por allá. "Vamos al teatro, Miñón", entendía yo. Y miñón, en francés, significa "bonito", "mono", "lindo"; es decir,  ejem, lo que soy yo

. ¡Y yo adoro el teatro! Así que yo sólo escuchaba "Vamos al teatro, Miñón"… y claro, siempre pensaba que me lo decían a mí. "Vamos, al teatro, bonito" y yo seguía a las parejas, a los solitarios… a todos. Hasta que el teatro Miñón desapareció. Y un gato cruelvino a contarme que no era a mí a quien llamaban Miñón, sino al teatro. Y que ya no existía . Fue ese mismo gato que me dijo lo de los ratones coloraos. Ese que me explicó la frasecita que desde entonces escucho a un montón de adultos repetir: "eres más listo que un ratón colorao". Yo creo que aquel gato se quería reír de mí y quería decir todo lo contrario. Además… ¡Es que yo soy pelirrojo! ¡no colorao! ¿Eso cuenta?

El caso es que lloré y lloré por estos ojos grandes más de siete meses . Hasta que abrieron el Teatro Juan Bravo en octubre de 1918 . Y el mismo día que abrieron, ¡me colé! Y aquí estoy, con más de cien años, doscientos quizás, pero con la curiosidad de un niño como tú. Así que de ahora en adelante, como sé que me ves, pienso enseñarte cada rincón del Teatro y si te portas bien, incluso algo de esa magia que dicen que tengo… Pero shhhhhh , es un secreto entre tú y yo. Miñón el ratón para servirle. ¡Anshanté!

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