Los asquerosamente buenos de Secun y Rellán
Si el verano terminó esta semana, sólo hubo un indicio de ello ayer en el Teatro Juan Bravo de la Diputación: sus puertas abiertas a una nueva temporada. La vuelta a la actividad. El regreso de la programación. Por lo que incumbe al calor, de éste sobró entre un público agradecido que, además, empezó a asimilarse en su cifra al de antes de la pandemia; con butacas de seguridad entre grupos convivientes, pero sin carteles que, sobre ellas, recordasen que llevamos un año y medio midiendo distancias. Sin palcos intermitentes también.
Viaje en Bla Bla Coche a la aventura del lenguaje
Que el castellano es una lengua maravillosa y la estamos vilipendiando es un hecho. A diario, quien ni siquiera es capaz de hablarla bien, se empeña en mal emplear palabras y expresiones en inglés y castellanizarlas; doble delito, por tanto.
Para recordar al cien por cien
Hace tiempo ya que, afortunadamente, la industria de la música da oportunidades principalmente a quienes acumulan noches de bares, de conciertos en salas pequeñas, de públicos compuestos de primos y amigos, de guitarra o teclados, voz y, tal vez, y si hay suerte, amigos músicos siempre dispuestos a echar una mano. Hace tiempo ya que, afortunadamente, la industria de la música da oportunidades a quienes sienten, escriben y padecen sus canciones. A quienes logran que su voz, por encima de engolados y gorgoritos, contagie: a veces de alegría, otras de dolor, a ratos de nostalgia y en ocasiones de furia y rabia.
(Des)enchufados y salvajes
Han pasado más de veinte años desde que los últimos santos Juan y Pedro de los noventa trajeron a M-Clan a Segovia. Las generaciones ‘mediochenteras' comenzaban a vivir las fiestas patronales como merecen ser disfrutadas; con aire adolescente, cierta inconsciencia y algo de futura nostalgia que ayer se encargaban de devolver a su estado natural y presente Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez. Entonces, mirar al Azoguejo era encontrarse con una multitud que subía y bajaba por cada resquicio de calle que quedaba, hasta bien entrado Padre Claret y hasta bien salida Vía Roma. M-Clan empezaba a llamar a la Tierra y cualquier tierra respondía con la fuerza de esa raíz que ha encontrado el lugar perfecto para crecer. La segoviana no iba a ser menos.
Llamaradas yeyés
Hacía tarde de tormenta ayer en Segovia. A pesar de la mañana soleada y la temperatura casi veraniega, con el paso de las horas habían ido abriéndose paso en el cielo esas nubes y ese aire veleta que, de vez en cuando, hacen de la Plaza Mayor, en general, y del fondo donde está ubicado el Teatro Juan Bravo, en particular, un escenario majestuoso para teñir el cielo de gris negro mientras los relámpagos descargan su luz aleatoriamente y los truenos parecen querer acabar con todo en tres segundos: la Catedral, el Álcazar, el Acueducto y el propio Teatro a la vez.