Teatro Juan Bravo

Hace tiempo que Carlos Escobedo no es Sôber, pero su morfología, savias nuevas y mediantes, nunca ha dejado de ser la del chico que vio a su padre tocar la guitarra y no supo desprenderse de la curiosidad por seguir aprendiendo. Después fue el bajo. Después fue la voz. Después la producción. Al fin, la música.
Es ese estado puro el que le trae hasta el Teatro Juan Bravo, guitarra en mano, como narrador de anécdotas de toda una carrera de más de tres décadas. Como intérprete de sus propias canciones. Como interlocutor de un público con derecho a pregunta y a réplica. Como revelador de trucos de composición y de producción.
De este Carlos Escobedo en estado puro no se puede esperar un puro y mero concierto de rock. Este espectáculo no es ese. Esta es una actuación interactiva y resolutiva. Un recital de vida en el que también tiene cabida la música. Un repaso por la banda sonora de un músico que ha sabido ser música también para grupos como Mago de Oz, Medina Azahara, El Drogas, Fangoria, Malú o los segovianos Lujuria. Esta actuación puede ser y será un lujo soberbio para los seguidores de Carlos Escobedo.