Teatro Juan Bravo

Víctor Correa sorprende desde el momento en que fue músico sin antecedentes; sin árbol genealógico artístico que lo cobijase. Las ramas ya se encargó él de sembrarlas: primero el trombón, después la tuba y el piano. A veces la voz, siempre la creatividad. Víctor Correa, segoviano de nacimiento y de Barcelona, Veracruz y Madrid de adopción, no tenía bastante con ser docente, miembro de quinteto, de cuarteto... cancionero y hueso duro. Quería más y buscó el Movimiento en el bailarín Pau Arnal.
En torno a él ha construido su origen; la naturaleza de la provincia de Segovia y sus pueblos, ríos, caminos, veredas, bosques, carreteras y cañadas. También sus prados y ganados. Todos, dice, «provocan y fomentan la aparición de ritmos que a veces se sincronizan en pequeños trozos de música espontánea». Melodías que, junto a Violeta Díez, Víctor Antón, Javier Moreno, Borja Barrueta y Adal Fernández se convierten en la soledad del mundo rural, en su paz, en la humildad y el trabajo del castellano, en su carácter recio y a veces austero. Movimiento remueve la tierra hasta devolverle cada uno de sus sonidos.