ADRIAN VANDENBERG
Prácticamente todas las bandas de rock tienen su pasado serpenteante
y sus idas y venidas, pero no todos los guitarristas de rock pueden
presumir de haber ido a parar a una banda de nombre tan blanca y
serpentina como lo fue y aún lo es Whitesnake. No todos los
guitarristas de rock pueden presumir, tampoco, de haber formado pareja
con Steve Vai. Adrian Vandenberg sí… aunque a sus setenta años ya
no.
Ahora, y desde el 2020, año pandémico que le devolvió el
oxígeno agrupado de la carretera y los escenarios, peca de otros
sonidos. Más propios. Más de su banda. De caminar sobre el agua o de
arrancar a toda velocidad. Peca de encontrar entre las cuerdas de sus
guitarras y las vocales de Mats Levén truenos y relámpagos, cielos
ardientes y alguna que otra casa en llamas.
Todo ello, y parte
de ese pasado en el edén del rock, viene a confesarlo a Segovia junto
a Levén al micrófono, Koen Herfst a la batería y Randy van der Elsen
al bajo. Sin arrepentimientos. Sin dudas. Sin nostalgias. Sin lengua
de serpiente, pero con el veneno de cerca de medio siglo de
trayectoria, heavy, metal y rock recorriendo sus venas y sus canciones.