Teatro Juan Bravo

En los últimos años hemos estrenado muchas veces. Tantas como cuatro el trimestre pasado, pero Hoy no estrenamos; hoy ni siquiera vamos a ceder el escenario a unos personajes fuera de lo ordinario, dignos de estreno. Hoy las tablas van a soportar el peso de un trabajo de doce horas seguidas el turno, en medio de una depresión por divorcio. Hoy van a sentir el peso de las miradas con las que a veces carga a cuestas el amor. Hoy van a hundirse entre los sueños de la infancia y las pesadillas de las expectativas. Hoy van a sufrir los vaivenes de la inestabilidad emocional y económica. Hoy van a sobrevivir a los prejuicios, los cambios y a otros malabares de la vida. Hoy no estrenamos, pero vamos a conocer por qué el teatro, con y sin alfombra roja, puede ser maravilloso.
Porque Carles Castillo, Carles Montoliu, Santiago Sánchez y Víctor Lucas van a multiplicar sus personalidades para ser Juan, Carlos, Sofía, el hijo del Niño de la Montera, Rodolfo, Conchín, Carmensín, Pedro, Gutiérrez, Arantxa, José Luis Galván, Kevin, Antonio, e Ico. Porque con sólo un ir y venir de bambalinas, van a pasar de trabajar en Mercamadrid a ser jóvenes exbailarinas, exmatadores de toros, actores retirados, dueñas de bar sin vida, coroneles del Ejército, enfermeras saturadas o directores de teatro. Sí, directores de teatro también; porque Hoy no estrenamos, pero hemos venido a ver teatro del más puro, puro teatro.