Teatro Juan Bravo

Las despedidas siempre traen más lágrimas que carcajada, pero Si tú te vas, Pepa Plana está dispuesta a que su lenguaje, el de la carcajada, se imponga a cualquier adiós. También a aquellos a los que obligan las catástrofes y las guerras. Pepa Plana ya nos dibujó un Paraíso Pintado en el que todo se lleva mejor sonriendo; porque incluso las peores cosas de la vida se pueden ver con ojos de payaso.
Y esta vez Pepa Plana viene con seis. Seis ojos de payasas; los suyos, de Augusta, los de Lola González, de Contraugusta, y los de Nan Valentín, de Blanca. Para abrir las ventanas de su edificio y encontrar una, dos y hasta tres ventanas de luz. Para encontrarse en conversaciones y gestos que pertenecen a esas historias que llevan siglos habitando en los cuentos. Para demostrar, esta vez a los mayores de la casa, que hay un placer mayor que ningún otro en la rutina: el de reírnos de las cosas más pequeñas, sin dejar de poner el dedo y la ironía en la llaga, cuando la vida nos llama al timbre en mitad de la tarde o de la noche y nos molesta.
¡Ah! Y también para demostrarnos que las payasas, las cómicas, existen. Y tienen un humor estupendo.