Teatro Juan Bravo

Rafael Álvarez ‘El Brujo’ vuelve a Segovia, donde ya es tradición que cuente ovaciones por cada uno de sus últimos espectáculos. Éste, en concreto, es para el intérprete cordobés su propio viaje a través de los escenarios donde todavía se celebran los vestigios de la gloria irrepetible del Siglo de Oro español. Y apunta: «El público me hizo monstruo fiero por necesidad y así cumplí con mi parte de la herencia. Soy un bululú».
Rafael Álvarez es un clásico, un monstruo. No es un actor, sino el actor; que puede transformarse en todos los personajes. El más claro representante del bululú que cambiaba de registro según los personajes que interpretaba. El Brujo a veces interrumpe su discurso polifónico y habla con el público.
A través de una loa de Lope de Vega circulan sus memorias por la escena. «Sobre el yunque de los textos yo le di golpes al fuego, como Vulcano, y me los gané para mí, con el sudor de mi frente, como Adán. Lope, Quevedo, Cervantes, los místicos, Shakespeare, Calderón… invocando la belleza por los pueblos, ellos me han nutrido con su leche… En realidad, ella es la única diosa que puede convertirnos en lo que realmente somos». Estos textos han sido las plegarias de El Brujo y ahora viene con ellas a «la corte, trasmudados en la hermenéutica de mi pellejo».